En octubre de 1991 se presentó en Burgos
Aedenat (Asociación Ecologista por la Defensa de la Naturaleza) que años
después se integraría en Ecologistas en Acción de Burgos. Esta disculpa
nos sirve para celebrar juntas una fiesta de aniversario, que queremos
se convierta en un espacio de reencuentro para todas las personas que
han ido colaborando con nuestra organización a lo largo de sus 25 años
de vida.
En este repaso encontramos a la asociación GEDEB (Grupo de Estudios
para la Defensa de los Ecosistemas Burgaleses) que desarrolló su
actividad desde finales de los 70 y durante los años 80. Este grupo
llevaba a cabo actividades de divulgación y educación ambiental,
centradas principalmente en la protección de las especies, como fueron
las campañas por la erradicación de los venenos o la realización de
censos. Nos gustaría destacar su iniciativa en la protección del lobo
ibérico, tanto en los medios de comunicación como acudiendo a batidas de
jabalíes en las que se mataban lobos. No nos cabe duda de que debieron
ser encuentros cargados de enorme tensión y queremos reconocer su
valentía.
La Asociación Félix Rodríguez de la Fuente se creo en 1982. Personas
que hoy forman parte de Ecologistas en Acción, y en su momento lo fueron
de Aedenat, comenzaron su activismo ecologista en esta asociación
burgalesa. Fue una organización conservacionista, dirigida a la
protección de la naturaleza y su conocimiento. También tuvo un
importante componente de denuncia de las agresiones a especies y
espacios. Actuaron frente a las infracciones a la ley de caza, como el
uso de cebos envenenados o la caza de especies protegidas; colocaron
nidos artificiales para cigüeñas; denunciaron canteras ilegales; y en
general, trabajaron por la conservación de los espacios naturales de
nuestro entorno. A partir de 1993 algunas personas pertenecientes a la
Asociación Félix Rodríguez de la Fuente se incorporan a Aedenat,
trayendo consigo su bagaje y la visión conservacionista de especies y
espacios naturales, incorporándola a la actividad diaria de la nueva
organización ecologista.
Durante los años 80 también desarrolló su actividad el Colectivo
Ecologista, vinculado al Ateneo Popular y que tuvo como eje central la
lucha antinuclear, uno de los temas claves para el ecologismo burgalés.
Debido a la central de Santa María de Garoña este tema ha seguido
siendo, para nuestra desgracia, uno de los más recurrentes en la agenda
ecologista de la provincia. Y, hoy, a pesar de que lleva años parada,
sigue generando preocupación por su posible reapertura.
En los años 90 se crea GAMBU (Grupo de Acción Medioambiental de
Burgos) que realizó actividades de educación y divulgación ambiental,
destacando la organización de jornadas de temática ecologista dirigidas
al publico general. Con la constitución de la confederación de
Ecologistas en Acción, junto con Aedenat, se integró en ella y
constituyeron la actual organización ecologista.
A finales de los años 80 y principios de los 90, estuvo activo el
Colectivo Bellota dedicado principalmente a las repoblaciones. La
plantación de árboles también fue una de las actividades del Taller de
Ecología de la JOC-E, que las llevó a cabo en Mozuelos de Sedano, con la
campaña “Yo planto 600 árboles”. Además, la organización juvenil
realizó actividades de educación ambiental sobre movilidad sostenible,
reciclaje y energías limpias; y se sumo a campañas locales como fue la
de “Salvemos la Quinta”.
1991, Aedenat se constituye en Burgos
En 1991 se presenta en Burgos Aedenat (Asociación Ecologista por la
Defensa de la Naturaleza) impulsada por el movimiento que ya se había
iniciado años antes en otros lugares del Estado español. La nueva
organización ecologista incorporaba planteamientos más sociales a su
discurso y también la intención de establecer lazos de colaboración más
estrechos con otros movimientos populares.
Además, Aedenat apostó por consolidar el discurso del ecologismo ante
la opinión publica y aumentar su eficacia en las demandas comunes,
mediante la coordinación de los grupos locales que existían en los
diferentes territorios.
También tuvo grupo activo en Miranda de Ebro, donde la lucha contra
Garoña, la contaminación del rio Ebro a su paso por la ciudad y la
mejora de la calidad de vida de sus habitantes fueron los principales
temas de trabajo. Cuando se produjo la integración en la confederación
de Ecologistas en Acción el grupo burgalés pasó a tener ámbito
provincial, por lo que ahora tan solo existe un grupo. A pesar de que
sigue habiendo socios y socias activas en Miranda de Ebro y en otros
lugares de la provincia, tan solo en la capital se siguen manteniendo
las asambleas semanales. Esto no significa que no se incorporen temas
provinciales a la actividad diaria del grupo, ni que no exista
coordinación con las personas que no residen en la ciudad. Pero, uno de
los deseos de Ecologistas en Acción para nuestros próximos 25 años es,
sin duda, la reactivación y creación de grupos locales en otros puntos
de la provincia, que puedan realizar un trabajo más continuo y local en
la expansión del discurso del ecologismo social.
Aedenat es el germen de Ecologistas en Acción en Burgos, por ello,
celebramos los 25 años de vida que suman ambas organizaciones. Como ya
se ha mencionado, la lucha antinuclear y contra la central de Garoña,
fue –y sigue siendo- uno de los principales focos de nuestra actividad;
no solo como organización, sino también en coordinación con otros grupos
de Aedenat (La Rioja y País Vasco), colectivos sociales y vecinales y
algunos partidos políticos; destacando especialmente la Coordinadora
Contra Garoña.
Las repoblaciones siguieron siendo una de las actividades con mayor
participación, no solo en las plantaciones y salidas al campo, sino
también en todo el proceso necesario para organizarlas. Se llevaron a
cabo decenas en la provincia, a iniciativa del grupo o de ayuntamientos
de pueblos. Una de las actividades más significativas fue la campaña
“Una bellota para cada escolar”, que consistió en el reparto de sobres
con bellotas, con la explicación del proceso para que pudiera ser
germinada y convertirse en árbol. Se llevo a cabo en colegios donde se
impartían charlas y finalmente se organizaban plantaciones de esas
bellotas, ya convertidas en pequeños robles.
Mas plantar y menos talar, fue el lema de otra campaña destacada en
lo que a la protección del medio natural se refiere. Durante estos años,
una serie de ayuntamientos impulsaron la venta de la madera de los
bosques de sus municipios. Árboles de gran valor y espacios que debían
conservarse estuvieron en gran peligro por el negocio que se generó a su
alrededor. Por esta razón se acudía a la subastas publicas o a los
espacios amenazados para evitar las talas, lo que en muchas ocasiones se
consiguió, ayudando a conservar nuestro patrimonio natural.
En la ciudad también se comenzaron a desarrollar iniciativas,
implicándose en las cuestiones que afectan a la salud de sus habitantes,
pero también en la construcción de alternativas para una ciudad más
sostenible. A la vez se comenzó a desarrollar una labor de denuncia
legal, como ocurrió por ejemplo con los vertidos al Arlanzón.
En diciembre de 1998 tiene lugar el Congreso Constituyente de
Ecologistas en Acción que dio lugar a la confederación de organizaciones
ecologistas, a la que pertenece Ecologistas en Acción de Burgos junto
con otros 300 grupos repartidos en pueblos y ciudades del Estado
español. Se basa en el ecologismo social, es decir, en la idea de que
los problemas medioambientales tienen su origen en un modelo de
producción y consumo del que derivan también otros problemas sociales, y
que hay que transformar para poder hacer frente a la crisis ambiental y
social en la que estamos inmersas.
La actividad de Ecologistas en Acción es amplia y son muchos los
temas que se han ido trabajando durante estos años. La sostenibilidad en
la ciudad y la denuncia de las políticas municipales que incesablemente
se aprueban sin tener en cuenta el medioambiente y el futuro, son uno
de nuestros temas prioritarios.
No solo queda mucho por hacer para cambiar de rumbo, sino que la
apuesta del gobierno municipal va en sentido contrario. Así, se aprueban
planes de ordenación urbana en los que lo que se regula es el derecho a
construir y no se prioriza la vida de quienes viven en la ciudad. La
movilidad urbana sostenible o la reducción de emisiones de gases de
efecto invernadero no están en la agenda municipal, como tampoco lo esta
la protección frente a la contaminación atmosférica o por contaminantes
químicos.
La tala del Montecillo de Villafría o la de los robles centenarios de
la Casa del Pescador para que Arranz Acinas construyera apartamentos,
siguen doliendo al ecologismo burgalés aunque hayan pasado años. Hoy en
día, seguimos denunciando la mala gestión que se hace del arbolado
urbano, mediante talas injustificadas y podas abusivas. El abandono de
las masas forestales de la ciudad, como ocurre en el parque del
Castillo, augura un futuro poco deseable, como ocurrió con la nefasta
gestión de Fuentes Blancas o la que derivó en una intervención
millonaria en La Isla, mas interesada en el mobiliario urbano que en la
conservación y repoblación adecuada de las especies. La paralización de
las obras en La Camposa y del auditorio en La Quinta son, sin embargo,
triunfos de una lucha compartida con otras personas y colectivos de la
ciudad.
Ecologismo para el futuro
Durante estos 25 años son muchas las personas que han colaborado con
nuestra organización a título individual o como colectivo. Sin ellas, no
podríamos relatar muchos de los triunfos mencionados, ni los que se nos
quedan en el tintero o están por venir. El ecologismo no es, ni puede
ser, un compartimento estanco de activismo social, otras miradas nos
enriquecen y hacen más fuertes. Por eso, la fiesta no es solo para las y
los socios de Ecologistas en Acción, si no que queremos aprovechar para
recordar y agradecer a quienes nos han acompañado en estas luchas
comunes.
Hemos pretendido hacer un recorrido por el ecologismo burgalés en
estas décadas y no queremos terminarlo sin hacer mención a otras que
siguen estando activas. Las asambleas contra la fractura hidráulica de
la provincia han jugado un papel esencial en la lucha contra el
fracking, que últimamente nos está dando alegrías con el abandono de la
empresa BNK. También queremos nombrar a la huerta ocupada en Capiscol,
como ejemplo, no solo de iniciativa de huerto urbano, sino especialmente
por la apuesta por la recuperación de los espacios públicos. La
creación del grupo Somos Manada en defensa del lobo ibérico y la defensa
animalista son espacios que nos resultan imprescindibles para cambiar
la relación de los seres humanos con el planeta. Y nos da fuerzas el
saber que otros movimientos de lucha social incorporan el discurso
ecologista a sus propuestas para cambiar el mundo.
Celebrar es sinónimo de esperanza y esa es la razón por la que
queremos seguir adelante, otros 25 años o los que sean necesarios. Sin
embargo, somos conscientes de que queda mucho por hacer y que la
situación del planeta es critica. Nos queda muy poco tiempo para poder
hacer frente a los peores efectos del cambio climático, el agotamiento
de recursos o la destrucción del planeta. La gran mayoría de las
personas que habitan la Tierra lo hacen en condiciones de pobreza y
nuestro modelo de producción y consumo acrecienta las desigualdades. Por
eso, seguimos apostando por un cambio, urgente y necesario, que ponga a
las personas, a la vida, el planeta y el futuro en el centro. Porque
hoy más que nunca, es necesaria la justicia social y ambiental.